La Seguridad del conductor y los pasajeros es fundamental
Como ocurre con muchas otras partes del automóvil, los frenos están sometidos a desgaste y es fundamental revisarlos periódicamente, hasta sustituirlos cuando así lo requieran.
¿Cuándo y cómo debes cambiar las pastillas de freno?
Los frenos son una de las partes más importantes de un vehículo, por motivos que no hacen falta ni explicar. De hecho, junto con las suspensiones y los neumáticos, constituyen lo que se conoce como el triángulo de seguridad del vehículo.
En consecuencia, el correcto mantenimiento del sistema de frenado es vital de cara a realizar una conducción segura. Esto implica, entre otras cosas, comprobar el estado de los discos y las pastillas de freno con relativa regularidad y cambiarlos cuando sea necesario.
Las pastillas de frenos, al igual que los discos, sufren el desgaste habitual durante su vida útil. Este componente se ubica dentro de las pinzas de freno y roza con los discos para disminuir la velocidad del coche.
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Por su parte, los discos de freno giran a la par que la rueda y, mediante el accionamiento de las pinzas, se pegan a ésta para frenarla. Como ves, ambos elementos se basan en el roce y, por tanto, su eficacia va disminuyendo con el tiempo. Ahora bien, ¿Cuándo debes cambiar las pastillas de freno?
Al igual que sucede con los discos de freno, el cambio de las pastillas de freno dependerá enormemente del tipo de conducción que realices.
¿Cuándo cambiar las pastillas de freno?
Aunque estos datos son orientativos, existe una norma general: las pastillas de freno delanteras se suelen cambiar a los 60.000 kilómetros, mientras que las de las ruedas traseras pueden durar hasta los 120.000 kilómetros, siempre dependiendo de la vía por la que se circule y el modo de conducción. No es lo mismo conducir por autopista que por carrera de sierra, por poner un ejemplo claro.
No obstante, si en una revisión ves que las pastillas de freno están a menos del 30% de su grosor, lo más recomendable es cambiarlas.
La manera de comprobar con exactitud cuánta pastilla te queda es mirar a través de los radios de las llantas, utilizando una linterna y ver el grosor de la pastilla: si queda menos de 3 milímetros, no lo dudes, cámbialas. Existen en el mercado medidores muy económicos o siempre podemos acudir a un taller para, que subido a el coche a un elevador, se pueda asegurar tanto el exterior como el interior de las pastillas de frenos y descartar posibles agarrotamientos de los pulmones de las pinzas.
Síntomas que avisan de que hay que cambiar las pastillas
Normalmente, cuando las pastillas de freno están gastadas, notarás un chirrido desagradable al frenar y, si tu coche es moderno, el propio sistema u ordenador de a bordo del coche te avisará, siempre que equipe este dispositivo
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Si notas que tu vehículo frena, poco puede deberse a:
- Que le quede poco líquido de frenos. Es aconsejable cambiarlo al menos cada 2 años.
- Que las pastillas estén desgastadas (oirás chirridos).
- Que los discos estén desgastados y/o rayados de ocasiones anteriores. Puede comprobarse de manera manual el escalón de descaste de los mismos.
- Si notas el freno más duro, puede que haya un problema con el servofreno.
- Si el coche frena mal y pierde líquido, es posible que la bomba de freno esté en mal estado.
Además de todos estos puntos que te acabamos de decir, si notas que el coche tiene a ladearse al frenar, puede deberse a un mal estado de los neumáticos, falta de presión o una incorrecta alineación de aquellos. Es importante que compruebes este aspecto. En ocasiones, también viene producido por una descompensación de los frenos que nos indique verificar el desgaste uniforme de las pastillas de ambos lados.
Por último, si notas que el pedal del freno está blando, puede que se haya introducido aire en el circuito o que el líquido de freno sea escaso. Muy recomendable cambiar este líquido cada 2 años.